Enredado en la piel de tu fuego
Te encuentro siempre, en velocidades encandiladas entre frío y calor de inquietudes
en tu jipeta matinal acelera en tu alma y el deseo matizado de ti, cuando palpita en mi el olor eyaculado en tu sombrilla donde la roca del deseo me aposenta y me desalma en la nevada del pasado.
No se linda, porque aquellas tardes navideñas florecieron en estos murales caminantes, donde esperaban vacíos de esperanza la media luna inclementada en tu regreso. Que placer sentir los latidos de tu corazón en los labios de aquella iluminada habitación, enclavada en los senos del Mar Caribe, sumergida de amor y raíces vertidas en cada gemido de aroma.
Nadie podría suspender el crecimiento de ti, margarita, ni atrincherar sus odios contra el cáliz saboreado entre miradas del tiempo, donde disfrutamos casi medio siglo atrapado en tu silencio y mi temor de ser secuestrado en la esquina de aquel barrio, descalzo de ti y de mi. Cantera de este amorío
Como tu has crecido, en el sabor de la distancia y en pupilas atrapadas por senderos equivocados, donde permutan quimeras, y tu maternidad en candilejas y ramas oxidadas. amoríos trémulos y punzantes entres minutas adolescentes miradas.
Tus besos, resplandecen en el paladar, refugio de quietud y regadío donde retozan jazmines entre nuestras caricias peregrinas, acrisoladas de ti y de mi ansia, en estar eternamente en la piel de aquellos candentes instantes de tu playa .Como olvidar ese calor que manan tus labios y tu sxo poblado de violines, manantial de alondras y golondrinas matinales, en tu montaña trepe hasta llegar a la cima de tu clímax de mariposas
Linda, flor de loto, donde la sublimidad de mujer se hace universal y exquisita con gemidos evocados en piraguas relampagueantes, y en tu cintura de palmera, sembré mis deseos para que nunca convierta en estelas esos encuentros, y para seguir luego besando tus manos forjadoras y emblemáticas al igual que tu caracol fosforescentes, glorieta de mis ecos y cultivadoras entre algas marinas y este faro inclinando sus deseos en el horizontes de tu rompeolas...
en tu jipeta matinal acelera en tu alma y el deseo matizado de ti, cuando palpita en mi el olor eyaculado en tu sombrilla donde la roca del deseo me aposenta y me desalma en la nevada del pasado.
No se linda, porque aquellas tardes navideñas florecieron en estos murales caminantes, donde esperaban vacíos de esperanza la media luna inclementada en tu regreso. Que placer sentir los latidos de tu corazón en los labios de aquella iluminada habitación, enclavada en los senos del Mar Caribe, sumergida de amor y raíces vertidas en cada gemido de aroma.
Nadie podría suspender el crecimiento de ti, margarita, ni atrincherar sus odios contra el cáliz saboreado entre miradas del tiempo, donde disfrutamos casi medio siglo atrapado en tu silencio y mi temor de ser secuestrado en la esquina de aquel barrio, descalzo de ti y de mi. Cantera de este amorío
Como tu has crecido, en el sabor de la distancia y en pupilas atrapadas por senderos equivocados, donde permutan quimeras, y tu maternidad en candilejas y ramas oxidadas. amoríos trémulos y punzantes entres minutas adolescentes miradas.
Tus besos, resplandecen en el paladar, refugio de quietud y regadío donde retozan jazmines entre nuestras caricias peregrinas, acrisoladas de ti y de mi ansia, en estar eternamente en la piel de aquellos candentes instantes de tu playa .Como olvidar ese calor que manan tus labios y tu sxo poblado de violines, manantial de alondras y golondrinas matinales, en tu montaña trepe hasta llegar a la cima de tu clímax de mariposas
Linda, flor de loto, donde la sublimidad de mujer se hace universal y exquisita con gemidos evocados en piraguas relampagueantes, y en tu cintura de palmera, sembré mis deseos para que nunca convierta en estelas esos encuentros, y para seguir luego besando tus manos forjadoras y emblemáticas al igual que tu caracol fosforescentes, glorieta de mis ecos y cultivadoras entre algas marinas y este faro inclinando sus deseos en el horizontes de tu rompeolas...
Lic. Ramón Danilo Correa