Estas son las 20 canciones de amor más tontas

Los temás más románticos, que en realidad fueron cualquier cosa menos mensajes de amor. La lista incluye a Luis Miguel, The Police, Magneto, Ricardo Arjona, Jerry Rivera, Whitney Houston y más

Por Tatiana Palla y Óscar García

Hay parejas que tienen su canción. Aquella tonada romántica con la que se conocieron, se enamoraron, la que bailaron en su matrimonio. Una canción de amor es supuestamente una de las mejores maneras para conectar a dos almas que se reclaman gemelas. Pero ¿qué sucede cuando las musas inspiradoras le han sido esquivas al compositor? Y, quizá peor, ¿qué es lo que pasa cuando un enamorado, por llevarse únicamente por la melosidad de la música, termina dedicando al ser querido una canción que es cualquier cosa menos un mensaje cargado de amor? A continuación algunos ejemplos preclaros.

He hit me (it felt like a kiss) – The Crystals
(1962)
La frase “más me pegas, más te quiero” hecha canción. Inspirada en la historia de una cantante de los sesenta que confesó a los compositores Carole King y Gerry Goffin que toleraba los golpes de su novio porque “entendía que se los daba porque la quería”, fue prohibida rápidamente en las radios por considerar que amparaba el maltrato. Una demostración de amor nada recomendable.

Every Breath You Take – The Police
(1983)
Ok, puede que para algunos la idea de ser observado en cada aliento que toman pueda pasar por romántico, pero lo que revela en verdad este clasicazo de la radio romántica es que quien la canta es un acosador patológico y posible homicida. Para el propio Sting es una canción siniestra y no una tonadita de amor.

Lo Peor de Todo – Río
(1986)
Atrás quedó la idea de ensalzar en una canción de amor las virtudes de tu chica. En los ochenta, el grupo local Río concretó este “mega hit” impropio para reconciliarte con tu flaca en un día de San Valentín si lo único que dice en toda la canción es que “lo peor de todo de estar contigo es que te quiero”. Con esa frase no la haces nunca.

Culpable o No – Luis Miguel
(1988)
El título de “el rey de los arrastrados” se lo debería llevar Luis Miguel con esta balada sobre un pobre tío tan enamorado de su novia que prefiere hacerse de la vista gorda sobre la ligereza de sus cascos. Su coro es un caso para el diván: “miénteme como siempre, por favor miénteme, necesito creerte, convénceme”. Francamente.

40 Grados – Magneto
(1989)
Ya lo dijo Beto Ortiz en memorable crónica sobre este quinteto charro, con 40 grados los de Magneto llevaron la lírica dadaísta a nuevas cotas de asombro: “luz, luna, cuerpo que mana de ti/ sueño de seda sin descubrir/ sol, calor, fuego sin apagar, tú eres mi roca y yo soy el mar”. Apasionada, sí, pero ¿alguien entendió?

More Than Words – Extreme
(1990)
También conocida como “Mortal Words” por la irritación letal que provoca en algunos, esta cándida baladita del grupo de hard rock Extreme nos trajo a la banda de Boston coqueteando con una tendencia en boga por entonces: la de la power ballad, que demostraba que los duros también pueden llorar. No se hubieran tomado el esfuerzo, muchachos.

Aquel viejo motel – David Pabon
(1990)
En este clásico de la salsa sensual encontramos a un Pabon que se emociona hasta las lágrimas cada vez que pasa por el destartalado motel que eligió tiempo atrás para darle su primera noche de amor a una mujer. Tratándose de la primera vez, la invitación a un hotel al que le funcionen las luces hubiera sido bien recibida, sobre todo si declaras que has estado insistiendo largo tiempo. Un poco de esmero para la próxima, por favor.

One – U2
(1991)
La canción está lejos de ser mala, es solo que desde su aparición en el disco Achtung Baby ha sido una de las más malinterpretadas en la historia de U2. One es fija en matrimonios y fiestas de pedidas de mano, lo que alguna vez llevó a su líder, Bono, a exclamar: “¿Han oído la letra? ¡Es sobre un rompimiento!”.

Canción de amor – Gian Marco
(1992)
Nadie dice que el buen Gian Marco no sea un competente compositor, pero a veces al mejor cazador se le va la paloma. ¿Cómo es eso de “siento tus manos y presiento que eres tú que está muy cerca”? Es decir, si ya sentiste sus manos, chico, es obvio que tu musa está cerca, ahí no hay nada que presentir. Nadie parece haber reparado en ello.

I will always love you – Whitney Houston
(1992)
Originalmente cantada por Dolly Parton, Houston llevó a la locura a todo el orbe cuando, en su debut actoral junto a Kevin Costner en El Guardaespaldas, la usa para jurarle amor eterno a su héroe por haberla salvado del acosador que la atormentaba. El problema es que la canción resume la despedida a Costner…en la que le desea que en el futuro encuentre a otro amor y le dice que ella no es la adecuada para él. Otra canción mal entendida.

Amores como el nuestro – Jerry Rivera
(1992)
Con una pasión tan cursi como la que propone Rivera, no sabemos cómo tiene el valor de sorprenderse de que amores como el suyo queden ya muy pocos. Como los unicornios, en fin. Qué triste es el cariño actual cuando nadie le pide deseos a las estrellas o dar serenatas ya no es lo más in, ¿no? Un poco de tolerancia, baby.

Mi primera vez – Ricardo Arjona
(1993)
“Tuve sexo mil veces pero nunca hice el amor”, canta adolorido el guatemalteco mientras relata a toda Latinoamérica cómo le quita la virginidad a una fémina. Entre desgastadísimos referentes como el paso de la niña a la mujer y forzadas frases al estilo “como esa guerra en tu vientre”, no hay forma de creerle el cuento. Pobre concierto de Aranjuez.

Morrissey – The more you ignore me, the closer I get
(1994)
El chico está obsesionado, no cabe duda, pero si alguien comienza a cantarte “mientras más me ignores, más me acerco a ti…estás perdiendo tu tiempo”, deberías ponerte alerta. No vaya a ser que tu pareja termine siendo un asesino pasional. ¿Ríndete y déjame entrar? Por más encantador que sea Morrissey, sugerimos un cambio de chapa a la víctima de la canción.

You remind me of something – R. Kelly
(1995)
El moreno cantante de R&B demuestra su elegancia para seducir a las damas con esta balada llena de coplas de puro romanticismo: “Me recuerdas a mi jeep (te quiero montar)/ Chica, te pareces a mi auto… (te quiero echar cera)/ y a mi cuenta bancaria (quiero gastarte, nena). Muy fino.

Tic tic tac – La Joven Sensación
(1999)
Fácil, de los momentos más infames de la tecnocumbia. Los chicos de La Joven Sensación encandilaron a las muchachas con esta robótica canción en vísperas del nuevo milenio. ¿”Tic tic tac es el latido de mi corazón”? ¿Acaso es un reloj el que está cantando? ¿O una bomba? Dejémoslo mejor en que el cantante usaba marcapasos. Por cierto, el Rosita Producciones que entonan tras el coro se encarga de quitar todo rastro de magia a la canción.

Propiedad privada – Eva Ayllón
Esta composición peruana de exportación, popularizada por Ayllón y mucho antes por Lucha Reyes, considera que decirle a tu hombre “con sangre de mis venas te marcaré la frente” es de lo más romántico. Ni que decir de la amenaza “que no se atreva nadie a mirarte con ansias”. Qué miedo. Se aconseja pedir una orden de restricción.

Azul– Cristian Castro
(2002)
El máximo hit del hijo de Verónica Castro y el Loco Valdez nos lo presentó con una inédita voz aflautada y como un converso de la llamada terapia cromática. ¿”Es que este amor es azul, como el mar azul”? O sea, ¿qué onda con el azul, Cristian? Y si fuera verde, ¿cuál sería el problema?

You´re Beautiful – James Blunt
(2004)
El ex teniente del ejército británico James Blunt rompió los charts el 2005 con este hit almibarado sobre un chico que tiene un crush con una desconocida. Todo bien, pero ¿había necesidad de repetir tantas veces la frase “eres hermosa”? La canción pasará a la historia por haber sido vetada en varias radios inglesas por hastío de sus oyentes.

De profesión, tu amante – Eddie Santiago
(2006)
¿Tan mal le va al salsero en la música que considera un cambio de profesión? Mientras desecha opciones tan nobles como la carpintería o el comercio, nos regala frases tan incoherentes como “no se vive solamente de cariño y en un páramo suelen nacer las rosas”. Con razón declara sus intenciones de cambiarse de rubro.

No quise hacerte daño – Makan
(2008)
Amparándose en el supuesto de que los celos de las mujeres son por afecto y no por sexo, Makano nos regala una canción que bien podría candidatear para convertirse en el himno de los sacavuelteros sin solución. Tratar de ponerse románticos mientras se le dice a la cornuda en cuestión “juro que pensaba en ti cuando lo hacía con ella” es imperdonable.

fuente : el comercio